Decir ‘no puedo más’ también es amor hacia ti: cómo reconocer tus límites antes de explotar.
Mamá, sé que esa frase —no puedo más— te pesa en la garganta. Sé que la sientes subir desde el pecho en esos días en los que todo se acumula: las prisas, los llantos, las demandas, la casa, el trabajo, las expectativas… y tú ahí, sosteniendo, aguantando, apretando los dientes para no gritar. Lo sé porque miles de madres lo sienten cada día y porque quizás tú también te dices: tengo que poder, solo un poco más, voy a aguantar, es lo que toca, mis hijos me necesitan.


