Nadie va a salvarte (y eso es una buena noticia)
Entraste a esa formación con ilusión. Buscabas una respuesta, un alivio, un cambio. Y quizás lo encontraste. Por un momento. Pero después… todo volvió. Y te preguntaste: “¿Será que no hice bien el proceso?” “¿Será que esta formación no es para mí?” “¿Será que aún no estoy lista?” Pero la verdadera pregunta es otra: ¿Esperabas que alguien más te transformara?