
El equilibrio no es ausencia de caos. Es presencia en medio de él.
Vivimos en un mundo que no para.
Todo gira, todo se mueve, todo exige una reacción.
Y tú… ¿dónde estás?
Muchas veces confundimos equilibrio con control.
Pensamos que estar en equilibrio es tenerlo todo bajo control, sin sorpresas, sin fallos, sin caos.
Pero la vida no es así.
Y tú no estás hecha de cemento, estás hecha de tierra, de aire, de sangre que se mueve.
El verdadero equilibrio no es rigidez.
Es flexibilidad con conciencia.
Es moverte sin perderte.
Es sostenerte cuando todo tambalea.
Sé tu montaña
En yoga, existe una postura que lo resume todo:
Tadasana, la postura de la montaña.
No tiene nada de espectacular desde fuera.
Pero si alguna vez la has habitado con presencia, sabes lo que hace por dentro.
La montaña está firme.
La montaña no reacciona.
La montaña observa.
La montaña sostiene.
Y tú también puedes ser esa montaña.
Pies firmes. Centro conectado.
Respiración presente. Conciencia activa.
No importa si hay viento, si hay ruido, si hay prisa.
Lo importante es desde dónde te sostienes.
Lo que haces cuando te caes
El equilibrio no se trata de no caer.
Se trata de cómo respondes cuando pierdes pie.
Hay momentos en los que tu centro se va.
Te enfadas. Te agitas. Te bloqueas. Te colapsas.
Eso es humano.
Pero puedes decidir no actuar desde ahí.
Puedes decir: “No voy a responder ahora. No estoy en mi centro.”
Y darte el espacio para volver.
Una respiración.
Una pausa.
Un ancla.
Y entonces, desde ese nuevo punto de apoyo, puedes reconstruir.
No desde la urgencia, sino desde la raíz.
¿Dónde está tu base?
Hazte esta pregunta:
¿Estoy construyendo desde una base sólida… o desde el caos?
Muchas veces queremos resolver, cambiar, decidir, mientras por dentro estamos rotas.
Y claro, todo se tambalea.
Porque sin tierra firme, ni una casa se sostiene…
ni una emoción, ni una relación, ni un sueño.
Volver al equilibrio es volver a tu centro.
A la respiración que no miente.
A la calma que no se impone, pero que siempre está disponible.
Aprende a estar en el movimiento
El equilibrio no es quedarte quieta.
Es moverte con conciencia.
Es no desaparecerte en lo que pasa.
Es seguir presente aunque todo alrededor cambie.
Y como toda práctica, requiere atención, paciencia y autocompasión.
Porque habrá días que te sostengas con firmeza.
Y otros en los que te caigas cinco veces antes de dar un paso.
Ambos días son válidos.
Ambos son parte del camino.
Una invitación
Hoy, si todo gira…
No corras.
Plántate.
Siente tus pies.
Respira.
Recuerda tu centro.
No te pido que tengas la vida resuelta. Te invito a que te sostengas a ti misma.
Aunque todo se mueva. Aunque todo arda.
Que seas tu montaña. Que sientas tu base.
Que recuerdes tu centro.
Si sientes que necesitas un acompañamiento más cercano para profundizar en estas reflexiones, o si te gustaría trabajar en estas preguntas junto a alguien que pueda guiarte y apoyarte, te invitamos a solicitar una sesión 1 a 1. Estamos aquí para ayudarte en este proceso de autodescubrimiento y planificación personal. Puedes contactarnos a través de WhatsApp al +34602455425, y te informaremos sobre cómo puedes contratar una sesión personalizada.

