Cargas

Las cargas invisibles que llevas… y que ya no tienes por qué sostener sola

December 01, 20253 min read

Mamá, sé que hay días en los que te sientes agotada sin entender del todo por qué.

No es un cansancio que se vea desde fuera.
No es algo que puedas explicar en una frase.
Y tampoco desaparece durmiendo un poco más.

Es un agotamiento que vive en tu mente, en tu pecho, en tu respiración.
Un peso silencioso que te acompaña desde que abres los ojos hasta que te acuestas.

Y aunque parezca que no estás haciendo “nada extraordinario”, tú lo sabes:
estás haciendo demasiado.

Porque las cargas invisibles no pesan en las manos… pesan en la cabeza y en el corazón.

La carga que nadie ve (pero tú sientes cada día)

Las madres no solo cuidan. Piensan por todos.

Piensan en las mochilas, en las meriendas, en la temperatura del abrigo, en la cita del pediatra, en la cena, en las emociones de los niños, en el cumpleaños del colegio, en si falta leche, en si hay que lavar uniforme, en si algo se quedó pendiente en el trabajo… Y todo eso ocurre antes de las 10 de la mañana, durante todo el día, a la noche, los 7 días de la semana.

A veces dices: “no es tanto”. Pero sí lo es.

Porque no es solo lo que haces… es todo lo que sostienes por dentro.

Sostienes la previsión, la ansiedad, la anticipación, la responsabilidad emocional.
Sostienes la sensación de que, si tú no lo tienes en cuenta de centenares de cosas, nadie lo tendrá.

Y ese peso agota. Cansa el cuerpo, pero, sobre todo, cansa la mente, y lo sientes como si te dañara el alma.

No estás exagerando. Estás agotada de sostenerlo todo sola.

Sé que a veces dudas de ti misma.
Te preguntas si estás siendo dramática, si deberías simplemente “organizarte mejor”, si otras madres lo hacen sin quejarse.

Pero no, mamá. No es un problema de organización. Es un problema de sobrecarga emocional.

Cuando nadie ve tu esfuerzo, duele.
Cuando nadie nota tu cansancio, frustra.
Cuando pides ayuda y tienes que explicar cada detalle, te desgastas aún más.

Y entonces guardas silencio. Pero ese silencio pesa también.

Hablar de la carga invisible es un acto de amor propio

Nombrar lo que te pesa no es debilidad. No es egoísmo. No es rendirte.

Es reconocer que tú también eres humana. Que tu mente necesita descanso. Que tu corazón necesita espacio.

Al decirlo en voz alta, abres una puerta:
la puerta a la colaboración, a la pareja más presente, a los hijos más conscientes, a una vida donde tú no seas la única que piensa en todo.

Cómo empezar a soltar… sin culpas

No necesitas hacerlo de golpe. No necesitas convertirte en otra persona. Solo necesitas empezar por gestos pequeños:

  • Compartir una responsabilidad sin explicar cada detalle.

  • Decir: hoy no puedo con esto.

  • Pedir ayuda antes de llegar al límite.

  • Dejar que otra persona decida, aunque no lo haga como tú.

  • Soltar la necesidad de sostenerlo todo en silencio.

Soltar no es dejar de cuidar. Soltar es cuidarte a ti mientras cuidas a los demás.

La maternidad no debe vivirse desde la exigencia, sino desde la conexión

Y para que haya conexión, primero necesitas espacio para ti. Espacio mental, emocional, físico.

Porque cuando tú estás un poco más descansada, cuando tu mente deja de sostenerlo todo sola, cuando puedes respirar sin culpa… la maternidad se siente más ligera. La vida se siente más tuya. Y tú vuelves a encontrarte contigo misma.

Mamá, no estás sola en este camino. Aquí estoy contigo, para que juntas podamos poner palabras a lo que pesa y luz donde hoy solo hay cansancio.

Si sientes que necesitas un acompañamiento más cercano para profundizar en estas reflexiones, o si te gustaría trabajar en estas preguntas junto a alguien que pueda guiarte y apoyarte, te invitamos a solicitar una sesión 1 a 1. Estamos aquí para ayudarte en este proceso de autodescubrimiento y planificación personal. Puedes contactarnos a través de WhatsApp al +34602455425, y te informaremos sobre cómo puedes contratar una sesión personalizada.



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